Hace ya algún tiempo encontré en un perdido rincón de internet uno de los más sabios consejos que he podido leer nunca. La historia la relataba un joven canadiense cuyo abuelo acababa de fallecer. El explicaba en pocas líneas cual había sido la conversación que ambos habían mantenido durante esos últimos minutos de vida y cuales habían sido exactamente sus últimas palabras. Aquel lugar ya desapareció de internet pero las palabras han quedado grabadas a fuego en mi mente hasta el día de hoy: "You should not be as they think you are, you must to be as you know you are"
Ese pequeño pero sabio mensaje, que no encontraréis en ningún otro lugar de internet, resume de una forma muy directa y muy clara cual es la principal fuente de infelicidad de la mayor parte de las personas de este mundo: "No debes ser como los demás creen que eres, debes ser como tú sabes que eres".
Y es que, a la hora de la verdad, la mayor parte de los seres humanos no dirigen su vida de acuerdo a sus propios valores y principios sino de acuerdo a lo que los demás esperan de ellos. No actúan como su corazón les dice que deben actuar sino como el resto espera que lo hagan. El miedo a la no aceptación, al qué dirán, o la simple necesidad de cariño, condiciona la existencia de casi todos los mortales.
Tal vez éste pueda ser un buen momento para dedicar unos minutos a reflexionar sobre las últimas palabras que alguien quiso transmitir a sus seres queridos antes de morir y analizar si debes o no aplicarlas en tu vida. Ser honesto y fiel con uno mismo no garantiza la felicidad, pero si te hará crecer como persona y eso no sólo te ayudará a encontrarla a ella sino que además también te ayudará a encontrarte a ti mismo:
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